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17 jul 2013

Recomendaciones de la Consejería de Salud

La Alimentación en Verano

En este apartado se ofrecen consejos y recomendaciones para la adecuada conservación y manipulación de alimentos en épocas de calor, menús saludables y variados para todo el verano, así como propuestas para incluir frutas y verduras en la dieta diaria.

Alimentos y calor

Durante el verano, es cuando se debe extremar al máximo el cuidado de los alimentos con el objeto de evitar las intoxicaciones alimentarias, trastornos que se originan por consumir los alimentos en mal estado. La causa es la inadecuada conservación y manipulación de los productos alimenticios, debido a las elevadas temperaturas.

Recomendaciones

Niño en la playa
  • Si hace turismo rural, no busque alimentos "caseros" o "artesanales" sin marcas, adquiéralos con garantías para su salud (etiquetados, con control sanitario, etc.).
  • NO rompa la cadena de frío de los alimentos.
  • Descongele los alimentos siempre dentro de la nevera y NO los recongele una vez descongelados.
  • Organice la compra de alimentos, adquiera los productos perecederos frescos o congelados en el último momento antes de llevarlos a casa, de esta manera sencilla no se rompe la cadena de frío.
  • Compruebe la fecha de caducidad o de consumo preferente e instrucciones de conservación de los alimentos envasados antes de su consumo.
  • NO adquiera alimentos perecederos en venta ambulante, especialmente huevos.
  • En caso de consumo de mayonesa casera y salsas o cremas, elaboradas con huevo fresco, consúmalas inmediatamente y deseche los restos.
  • Mantenga un orden en su nevera colocando los alimentos según las características y estado de los productos: alimentos cocinados y tapados en la parte alta, los frescos en la parte media y frutas, verduras y hortalizas en la parte baja. No cargar en exceso el frigorífico.
  • Eliminar los embalajes inútiles y protectores dentro del frigorífico.
  • Evitar las aperturas frecuentes del frigorífico.
  • Mantener una higiene estricta, con la limpieza con agua jabonosa y un enjuague con agua con lejía o vinagre cada 15 días.
  • Observar el color y olor de los alimentos antes de prepararlos, cualquier cambio constituye una señal de alarma.
  • Limitar la exposición a temperatura ambiente de los productos sensibles, colocándolos de nuevo en el frigorífico inmediatamente después de su uso.
  • Lave y desinfecte adecuadamente con agua y unas gotas de lejía (de 3 a 5 gotas por litro según la concentración del producto), APTA para desinfección de agua las frutas, verduras y hortalizas antes de su consumo.
  • Mantenga los productos químicos e insecticidas separados y alejados de los alimentos.
  • No usar NUNCA recipientes que han contenido alimentos para guardar productos químicos de limpieza y desinfección ya que pueden ingerirse accidentalmente.
  • Cuando se preparen comidas para su consumo en la playa o el campo se deberán elaborar con la mínima antelación posible y prestar especial atención a la organización en la nevera para su correcto transporte. Se colocarán en la parte más baja los alimentos que se consumirán al final de la comida y aquellos de consumo más rápido o uso frecuente, como líquidos y refrescos, en la parte alta de la nevera donde se colocan las placas generadoras de frío.
  • En las comidas de excursión, al campo o playa, evite alimentos con huevos, salsas o cremas y lleve siempre agua envasada. Deseche los restos que hayan sobrado.
  • En los establecimientos de temporada como chiringuitos, terrazas-bar, camping, etc. consuma productos que le ofrezcan garantía sanitaria y en su caso adecuadamente refrigerados y manipulados con útiles limpios.

Diarreas estivales. ¿Cómo prevenirlas?

  • Conservando los alimentos en el frigorífico, incluso los que ya están cocinados.
  • Procure que el tiempo que transcurre entre la preparación y consumo de los alimentos sea el menor posible, especialmente aquellos que contengan huevo: mayonesa, tortillas, pastelería, etc.
  • Manipulación higiénica de los alimentos.
¿Qué hacer cuando se originan?
  • No tomar alimentos sólidos durante un periodo comprendido entre 4 y 8 horas.
  • Es importante beber pequeñas cantidades de líquidos (agua, suero oral, té o agua de té, no azucarado)
  • Cuando se encuentre mejor empiece a tomar alimentos sólidos: arroz hervido, pescado cocido, yogures, leche mezclada con agua, pulpa de manzana rallada ...
  • Si no nota mejoría a lo largo del día, acuda a su centro de salud.

Adaptar la alimentación a las altas temperaturas

Todas las personas dependientes, mayores, lactantes, niños y niñas menores de tres años, están particularmente expuestas a los riesgos de la deshidratación y del golpe de calor cuando la temperatura es elevada.
Además de las recomendaciones generales que permiten reducir los riesgos de la deshidratación se proponen unos consejos de consumo alimentario para combatir la pérdida de líquidos: es preciso beber líquidos de manera suficiente, pero evitando el exceso.
Consejos para personas mayores:
  • Beber como mínimo el equivalente a ocho vasos de líquidos al día (800 ml), lo ideal sería un consumo regular de trece o catorce vasos, anticipándose a la sensación de sed, incluso con problemas de incontinencia.
  • Para diversificar el aporte de líquidos tomar infusiones, gazpachos o sopas frías, compotas de fruta, sorbetes mejor que helados, zumos de fruta, frutas ricas en agua, yogures.
  • No es aconsejable beber o comer alimentos muy fríos, pues la sensación de sed se atenúa más rápido cuando se consumen alimentos helados.
  • En todos los casos, si la persona come poco o menos que de costumbre, la disminución de aportes hídricos de origen alimentario debe compensarse con una hidratación superior.
  • El aumento de la temperatura corporal debe acompañarse de un aumento de la hidratación; por ejemplo, se deben consumir 0,5 litros de agua suplementarios por día si la temperatura pasa de 37 a 38ºC.
Consejos para niños y niñas:
  • Ofrecerles beber frecuentemente, en todas las horas del día, dándoles agua fresca, en biberón o vaso según su edad, sin esperar que manifieste sed.
  • Por la noche ofrecerle agua fresca cuando se despierte.
  • Priorizar los frutos frescos o en compota y legumbres verdes para las comidas.
  • Ofrecerle yogures cuando ya pueda tomar otra dieta y no exista contraindicación (intolerancia a la lactosa), que impida comer productos lácteos.

Dietas en verano

El verano es una época en la que siempre intentamos perder el exceso de peso. La forma más común es hacerlo por nuestra cuenta  y de modo rápido con cambios en nuestra alimentación siguiendo  las dietas milagro, que surgen cada año con nuevas modalidades y extravagantes combinaciones de alimentos, que prometen hacer perder peso sin esfuerzo.´
Existen gran variedad de dietas, que, si bien, en un principio, consiguen  una pérdida de peso inicial, pueden conllevar riesgos para la salud. Además, la experiencia indica que a largo plazo se recupera con creces el peso perdido.  Es mucho más rentable para la salud el seguir la dieta mediterránea y llevar un estilo de vida activo.
En esta página se ofrecen menús saludables y variados para todo el verano, según estos criterios, que pueden adaptarse a los productos de temporada.

Criterios para considerar que una dieta es potencialmente peligrosa para la salud 

En este apartado se describen los criterios a tener en cuenta para considerar si una dieta es peligrosa para la salud, como la falta de rigor científico y de exactitud y las contradicciones en sus planteamientos.
Sin base científica.
La mayoría de las dietas milagro no están avaladas por sociedades científicas o instituciones de la salud. Esto quiere decir que no hay evidencia desde el punto de vista científico de su eficacia o seguridad para la salud de las personas que las siguen.
Falsas promesas
Según la Asociación Americana de Dietética y la Sociedad Andaluza de Nutrición y Dietética (SANCYD), algunas de las características para perder esos “kilos de más” de estas dietas son:
  • asegurar resultados rápidos
  • prohibir el consumo de un alimento o grupo de alimentos
  • reducir  el consumo de frutas , una de las bases de la alimentación saludable
  • contener listas de alimentos buenos y de alimentos malos
  • recomendar productos dietéticos con  propiedades extraordinarias
  • obligar a alimentarse de  productos dietéticos  o suplementos farmacológicos , debido a  que  se  eliminan muchos nutrientes  presentes en alimentos  con densidad calórica, como por ejemplo, el aceite de oliva 
  • incluir relatos, historias o testimonios para aportar credibilidad
  • contener afirmaciones que contradicen a sociedades científicas de prestigio o a las autoridades sanitarias
  • provocar desequilibrio nutricional por déficit de nutrientes, cetosis, enfermedades cardiovasculares o  renales, deshidratación o estreñimiento.
Además, el seguimiento de una dieta de este tipo hace perder el  valor social de la comida  y de los valores  culturales transmitidos a través de la gastronomía,  al no realizarse la comida en grupo y promueve  la mentalidad dietética, que facilita las desviaciones o trastornos de la conducta alimentaria (bulimia),  especialmente en adolescentes.
Finalmente, a largo plazo, las dietas milagro no son prácticas por ser monótonas, rígidas y poco apetecibles, y con ellas no se aprende a comer saludablemente. De esta forma, al abandonar la dieta, las personas  vuelven a las costumbres que les hicieron engordar.

¿Estás intentando perder peso?

Hay muchas dietas y métodos para adelgazar que no se fundamentan en razones científicas. Es por ello que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria facilita en su página web una herramienta para averiguar si las dietas que siguen los usuarios son peligrosas o no para la salud.
Se trata de dos sencillos test sobre los métodos para intentar adelgazar y una encuesta sobre el seguimiento de una dieta saludable.

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